17 febrero 2012

♫ UN NIÑO PRECOZ ♪

Cuando Luisito Bermúdez, hijo de Luis Eduardo, nieto de don Arturo, cumplió 5 ańos, su madre le regaló una flauta "para engańar la pobreza". Ya había pasado la época de las vacas gordas. Don Luis Eduardo había muerto dos ańos antes y Luisito se encontró de pronto en una familia arruinada. Entones comenzó a tocar la flauta, y mientras los vecinos se reunían frente a la puerta de la pequeńa casa de dońa Isabel Acosta, para escuchar al nińo prodigio, desapareció el Luisito barrigón y mugroso, para dar paso a Lucho, el hombre y el mito. 

"Recuerdo mucho esa época, cuenta ahora Lucho Bermúdez, 57 ańos después. Carmen era un lugar feliz. . . sin agua, sin luz, pero con gente más bondadosa, más humana . ." "Mi padre fue un político. Luchó por Rafael Uribe Uribe y llegó a ser secretario del Directorio Nacional Liberal. Cuando murió yo solo tenía 2 ańos y es por eso que no guardo recuerdos de él. Crecí en un ambiente pobre, pues la muerte de papá nos dejó prácticamente quebrados. La casa era pequeńa, incrustada en una esquina polvorienta . . Creo que existe todavía. 

El compositor vivió en el Carmen hasta los 9 ańos. A esa edad, ya había terminado toda la primaria en el colegio José Prudencio Torres, con las más altas calificaciones. "Fuí siempre un nińo precoz... A los tres ańos, sumaba, restaba y multiplicaba con gran habilidad. Pero lo más importante es que a los 5, estaba en capacidad de tocar cualquier instrumento y empecé a escribir los primeros versos. . ." Luchito Bermúdez se decidió por la música, tocaba flauta, gaita y millo. Incursionaba en los solares de los vecinos y arrancaba los canutos de papayo que se convertían en flautas bajo sus manos mágicas.

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